viernes, 11 de marzo de 2011

El Silencio.


Para algunos es igual a la soledad, en otras circunstancias podría parecer incomodo el convivir con él y para muchos es gracia el vivirlo. El silencio más que un momento es un lugar, ese lugar en donde se logra ver la verdad, un lugar en donde se encuentran los miedos, la vulnerabilidad más profunda del ser y la necesidad de buscar algo mas; allí en ese encuentro las lagrimas son signo de purificación y la paz más que un anhelo es el ambiente en el cual coinciden los sueños con la realidad que nos rodea, la pobreza del corazón con la grandeza recibida por Dios. Definitivamente el silencio es el lugar más deseado por muchos y más temido por otros, lo cierto es que es algo inevitable, cuando aparece no hay mas nada, en él la oscuridad es hermosa y la humildad se queda corta, las ventanas del alma se abren para ser visitadas por la sanación, el perdón crea una posada en el corazón y el amor de Dios abraza tus miedos.

El silencio es inspiración y motivo para seguir, es la bondad de Dios reflejada en nosotros, es angustia y serenidad; el silencio no es mi voz sino la de Dios, no es castigo es purificación, el silencio existe para salir de mi y entrar en gracia, el silencio es justo y necesario.

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